RESEÑA




Reseña publicada en el Le Monde Diplomatique. Colombia. Julio 2012
 

La desobediencia incorregible


…cualquier artista de positivo talento podría
aumentar  en sumo grado la fuerza de sus obras de artes
si se compenetrara con las grandes ideas emancipadoras de nuestro tiempo.
                                                                                                                                                                         Plejanov


La obra de Fabio Manosalva ha sido labrada bajo el signo de la alquimia estética  y de  un intenso trasegar intelectual y ético.  Hace un tiempo Herman Melville  señaló:   Con una mano escribo, y con la otra me sostengo”. Esta afirmación rotunda  cabe al momento de abordar la  tarea de describir con exactitud  la labor insomne de Manosalva.

En el Taller abierto en su casa  en el suroriente de   Madrid , venciendo  la fatiga de su agotadora labor  en el Centro Dramático Nacional y  las exigencias  de su responsabilidad   - compartida  con Leire - de sostener  la nave hogar y el cuidado del pequeño e inspirador Luken,  Fabio ha gestado el conjunto de imágenes que integran la exposición :  Ya no busco una respuesta , me repite la pregunta?, que este mes  de julio se presenta en la Sala U de la Universidad Nacional, sede Medellín.

Manosalva se acostumbró  desde pequeño a captar el anverso de las cosas,  pues no en vano nació y creció en un Medellín  sometido  primero, durante siglos,  a   la egida del Catolicismo asfixiante, y después , durante lustros, al imperio de  las bombas y  el poder degradante  de una clase política que corrompió el mismo narcotráfico. Su mirada  capaz de observar lo que sin estar oculto no se ve,  identifica con la velocidad del relámpago  las imágenes iconos de la época y lo que esconden tras su capacidad de deslumbrar. Esas imágenes viajan  al archivo que se  enriquece cada semana  con su  invencible paciencia de artesano. Allí se inicia entonces  un  tiempo indefinido en el que  rumia su sentido y sus entrañas,  hasta que irrumpe el fogonazo: un contexto plástico en el que la imagen inicial  queda desarmada de su intención inicial y revela en cambio la podredumbre que esconde tras sus destellos.

“Parto de imágenes proporcionadas por los medios de comunicación, en concreto, periódicos y revistas que interaccionan con otros elementos.     Partiendo desde las imágenes asumidas como información, busco tomar  parte de este banco de imágenes interpretables, intervenirlas y crear un discurso propio. Composición que va jugando con los sentidos de esa imagen en su existencia efímera en los medios, y su relación con otros elementos visuales que van desde un cartel comunista a la historia del arte.” F. M.

Después, se inicia  el proceso laborioso de construir una imagen impecable en la composición, el empleo de espacios visuales contrapuestos  y el uso del color.  Su licenciatura en artes Plásticas en la Universidad Nacional de Colombia, sus estudios de maestría en Pintura en la Universidad Autónoma de México, su trabajo de doctorado sobre Arte y Violencia en la Universidad Complutense de Madrid , pero , sobre todo , la  sed insaciable que lo impele  a  abrevar en todo manantial o cenegal  en el que encuentre un resplandor  o una penumbra que potencie  su capacidad de  no quebrantar su razón en la rutina del absurdo, le han permitido  adquirir la base técnica  y el arsenal de ideas  indispensables para librar   una batalla propia  contra el universo de sentido que sostiene la devastación y el exterminio.

Su obra   enfrenta una comunicación visual subordinada a la tarea de normalizar lo demencial y despotenciar la capacidad de las comunidades de levantarse frente al oprobio y el saqueo.  Sus imágenes  demoledoras están  dirigidas a mostrar lo que  está ahí  , pero no se ve : el despojo disfrazado de caridad; el fascismo con atuendo democrático; el glamour repleto de gusanos; la prensa libre encadenada a la red corporativa; la cruz de oro sofocando el espíritu; el presidente con corazón de barras y estrellas, chorreando sangre y polvo blanco. 

La contundencia brutal de sus  fotomontajes y collages arrebatan  la mirada del espectador y lo catapultan hacia las entrañadas podridas y las atmosferas de  pestilencia   que se esconden tras la belleza, la luminosidad, la diversión,  los finos aromas. 

Discurriendo por un mundo azaroso de sentido, con mis encuentros visuales entablo un discurso interior en relación con la realidad circundante. Quedando en los labios algo de mentirijilla maldita, de engaño, de me la metes doblada y además sonrío. Y aun así,  interiorizo en mi realidad para no ceder, para no morir, para intentar comunicarme, siempre sin buscar salvación. F.M.

La Labor de Manosalva es un ejemplo de compromiso y vitalidad en el oficio artístico, en tiempos en los que el incontenible desmoronamiento que experimenta un mundo erigido en la injusticia y el engaño,  nos  convocan a   la resistencia, y a  la tarea de desvelar  el simulacro omnipresente. En medio de la adversidad impuesta en su tierra de nacimiento y el cerco   implacable  que se impone a los que no doblegan la cerviz, el quehacer de Fabio evidencia que es posible no  renunciar a la vocación, ni  plegar la  potencia detonante de la   expresión al doble rostro de  Jano  de la publicidad  que  esconde  el hambre, las masacres  y el arrasamiento de la naturaleza, y  las galerías que visibilizan  y mercantilizan  el arte inicuo e inocuo.

Un humor feroz está presente en el conjunto de su obra. De esa dimensión  de ironía despiadada presente en  su creación proviene, quizás, su comunicación empática con los  sectores de  las generaciones jóvenes que han sido moldeadas en la sospecha, el  desencanto y la desesperanza.  El poder  con  sus redes tentaculares que han atrapado el mundo ,  y  que ahora se desintegra  de manera irrefrenable, nos  impone, además de  la obligación de soportar sus despojos y atentados, el deber  de que lo tomemos  en serio, nos reclama la actitud grave ante sus sainetes y la configuración totalitaria de los imaginarios. Las imágenes de Manosalva  desobedecen ese mandato, se burlan de su miseria antropológica, y arrojan una nausea  envuelta en  satín sobre la cultura basura  y  sobre la sofisticación de una   comunicación visual repleta de ingeniosos artificios  que, por más que lo intente, no puede quitarse de encima el rastro del hedor  que desprende.

Héctor Arenas

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